Cristina = C Felisa
= F Manuel = M
C- Son
preguntas abiertas ¿vale?
M- ¿Cómo
abiertas? ¿Hay que abrir la puerta?
C- (risas)
Vosotros contestáis lo que queráis. Que no son preguntas de sí o no. Puedes
contar todo lo que recuerdes
M-¿Y esto
para qué es?
F- Para el
colegio
M- ¿y si
echo mentira igual? (risas)
C- Mmm, tú
mismo, eso a mí me da igual
F- Mentiras
tu tampoco puedes decir, tú también.
C- A ver,
cuando decidisteis iros a Bruselas ¿cómo era la situación aquí en España?
M- Yo bien,
yo trabajaba, era fijo en la fabrica
C-¿De qué
trabajabas?
F - De
soldador
M- En una
fábrica, yo era fijo.
C - ¿Y tú?
(a Felisa)
F – No, yo
estaba en casa con tu madre
M -Y pedí un
año de permiso
C - ¿Y antes
de que naciese mama?
M - No, no,
no trabajaba.
F- Yo una
vez que me case ya no trabajé.
C- Vale,
pero no solo en el trabajo. ¿Económicamente, la economía, la política y todo
eso?
F - En
aquellos entonces te daba para vivir aquí.
M- Bueno.
Para vivir
C - Ya,
bueno. Y la política que había, la economía…
M- La
política que había era Franco y era cuando franco
F- Cuando
Franco (no se entiende)… Porque tu yayo una vez hicieron huelga allí en la
empresa, dijeron todos que no trabajaban y vinieron una pandilla con
metralletas
M - Policía
con metralletas. En la hora del almuerzo paramos y llego la policía. ¡A
trabajar!
F - ¡A
trabajar todos! Y se tuvieron que ir todos a trabajar.
M - Eso es
lo único que yo sé. Es la única vez que me paso eso. Y ya está.
M - Cuando
Franco era un régimen muy severo, la verdad. Sino la historia está.
F - Y luego
se fue porque su hermano tiro de él, pero no porque no estuviéramos bien aquí.
M - Yo tenía un trabajo fijo
F- Teníamos
una casita. O sea que con lo que trabajaba teníamos suficiente con la Presen,
tu madre, ya nacida
M - Lo que
pasa que digo va voy a pedir un año de
excedencia, de permiso para irme a Bélgica y ya no volví. Perdí mis derechos.
F - ¿Te has
enterado? 1800 pesetas al mes ganaba, porque eran 450 todos las semanas.
C - ¿Todo el
mundo estaba igual? ¿Más o menos?
M - Más o
menos. Hay personas que ganarían a lo mejor más
F - Pero en
la empresa del yayo eso era lo que ganaban, bueno por lo menos el
C -
¿Entonces?
M - ¡No
estas escribiendo na!
F - Escucha.
Calla
C - ¿Por qué
decidisteis iros a Bruselas?
M - Por
cambiar
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Atomium - Brussels |
F - Porque
su hermano.
M - Por….
F - Porque
tu hermano tiró de ti
M- Bueno,
por cambiar
F - Porque
el hermano le dijo que se viniera, que allí se ganaba más, porque no sé qué
porque no sé cuántos total y le dijo es que yo no tengo dinero para ir.
Entonces él le dijo pues yo te lo mando y si queréis me lo pagáis.
F- Que por
cierto yo no recuerdo haberle pagado nada. Yo no me acuerdo
M - Al
revés, me debe él dinero a mí.
M - Claro
porque después me lo sacaba por otro lado.
F - Y ya nos
fuimos y allí se ganaba más. Claro que se ganaba más. A la semana o al mes. No
al mes se ganaban unos 6000 francos.
C - Os
fuisteis con papeles o sólo con el pasaporte.
M - No, no.
Como turistas.
C- ¿Con
expectativas de trabajar allí?
M - Si
claro, por supuesto.
C - No sé,
como pediste la excedencia…
M- Hombre,
para irme allí.
F- Ya pero
eso el estado no lo sabía. Franco no lo sabía.
M- Tú
preparas un viaje… A la empresa le digo...
C – Me
refiero, ¿pediste una excedencia contando con que no volvías?
F – Claro,
M – Yo no
sabía si iba a volver.
F- Él quería
estar allí un año. Pedir una excedencia de un año.
M- Claro.
F- Estamos
un año, trabajamos un año los dos, me decía, y ya después nos venimos. Y yo,
sí, sí, de un año que quería estar, estuvimos once y medio… si pide dos… estoy
allí todavía casi. Y después me quería llevar a Australia. Y yo… ¡A Australia
como no te vayas tú…! Que sí,… que nos dan casa, coche, trabajo…
M- La
familia entera, contra más hijos mejor…
casa coche y trabajo.
F- Digo, tú
vete que yo…
C- Cuando os
fuisteis, ¿teníais coche ya o no?
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The children with their Dad's car |
M- No.
C- Como os
fuisteis
M- En el
tren
F- En el
tren. Anda que no nos llevamos tiempo. De Sevilla a la frontera nos llevamos 24
horas.
C- ¿Y cuándo
llegasteis teníais ya casa y trabajo, o no?
M- No, la
casa era la del tío.
F- Estuvimos
dos meses en la casa del tío.
M- Y hasta
que encontré trabajo y buscamos un piso, una casa.
F- Y ya
luego nació tu tío Manuel. Iba embarazada de siete meses.
M- E íbamos
con la Presen
F- Llevaba
la Presen de 11 meses. Tu madre… no, de 9 meses. Tu madre tenía 9 meses. Y
embarazada de siete. Del tío Manuel.
M- ¿Tuve
valor, no?
F- Valor…
pero con cojones. Le dije, mi madre le decía: “déjala aquí y luego vienes a por
ella” Y él le dijo, que no y que no, que no. Que donde iba él iba yo.
M- Que si le
pasaba algo, tenía que estar conmigo.
F- Que si me
había casado con ella tenía que venir conmigo. Y no consintió en dejarme. Y mi
madre: “por favor, por favor déjala. Que tú te crees que como va, con una niña,
y así, ¿y ella embarazada de siete meses?” Y a los 2 meses de estar allí mi
niño nació. Que yo no conocía el habla ni conocía nada. Que fue cuando me
empezaron a dar los dolores de cabeza que me empezaron a dar.
M- Y qué
más.
C- ¿En qué trabajasteis
allí?
M- Yo, en
una fábrica de cerveza
C - De
soldador a cervecero.
M - Allí,
allí,
F - Pues
mira estuvo en una fábrica de cerveza, en una fábrica de alimentación,
M - Como el Carrefour
F - Y una
fábrica de hacer medicamentos.
M - Productos
farmacéuticos, la última. Y allí era donde estaba más a gusto. En todos lados
estuve bien.
C - Y tú (a
Felisa).
F - Yo
trabajando,… sí
M - En las
casas.
F - Sí, pero
después de nacer el tío Antonio.
C - Que,…
¿de eso pasaron…?
F - Un año y
medio después de nacer el tío Manuel (sobre 1966).
C - ¿Solo se
llevan año y medio?
F - El tío
Manuel y el tío Antonio solo se llevan eso
C - Yo
pensaba que se llevaban más.
M - (esto qué, lo estás grabando)
F - No.
Cuando tenía nueve meses... qué estas ¿grabando?
C - Claro,
lo necesito grabar. Por eso no estoy cogiendo…
F - Tenía
nueve meses y llevé a tu madre aquí (a Sevilla) y al tío Manuel para yo empezar
a trabajar allí, que lo dijo tu yayo, dice… ve lleva tú a los niños y así
trabajamos los dos y ya nos vamos. Pero,
sí, vine a traerlos pero cuando volví me quedé preñada del tercero.
M - A ver
quién tuvo la culpa.
(Risas)
C - ¿Tú?
¿?? - Que…
sigue, sigue.
F - Y eso y
me quedé en estado y a los cinco meses tuve que volver por tu madre y por tu
tío Antonio… tu tío Manuel, que se moría. Tenía un soplo al corazón. Se quebró
de las dos partes y a los cinco meses tuve que volver.
C - Y cuando
llegasteis a Bruselas ¿visteis que era fácil encontrar trabajo o no?
F - Sí,
mucho. Allí se encontraba trabajo en cualquier sitio.
M - Si porque…
C - ¿Porque,
por qué?
M - Porque
era un bar español. Y por mediación de este hombre colocaba a la gente…
F - Pero ese
hombre no te colocó a ti. Fue tu hermano, ¿no?
M - Pero por
mediación del bar.
F- ¡Ah! Y
fue la primera vez.
M - No fue…
F - Eso fue
la primera vez cuando lo entraron….
M - Eso fue
la primera vez. Luego después yo me abrí camino y yo
C - Cuando
llegasteis y fue a través de…
M - A través
de uno de allí. Un español
F -Y el tío
Antonio (hermano de Manuel), lo conocía. Que iban todos los españoles allí y
entonces le dijo que tenía un hermano que estaba buscando trabajo. Que acababa
de llegar.
C - ¿Y la
situación social allí cómo era? Era diferente que aquí en España.
F - Uy! Sí.
M - Sí. Era
mejor.
F -
Completamente diferente.
C- ¿Qué
había de diferente?
F- Mucho.
Después para los colegios mismo. Para los colegios era estupendo. Con los
colegios no tenías que pagar nada. Y allí le daban de comer a los niños.
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An Elementary School Class in Brussels |
M- Todo
F- Yo
llevaba a mis niños a las 7 de la mañana al colegio y los recogíamos a las 6 de
la tarde. Allí lo bañaban, lo daban de comer, lo llevaban al médico si se
ponían malos…
Claro,
F- Ahora si
tú los llevabas con fiebre, no te lo dejaban. Eso no. Si los llevabas
pequeñitos con fiebre, te los tenías que llevar a casa. Y después estaban los 3
colegios juntos. La guardería, el colegio de las niñas y el colegio de los
niños. Era un edificio que había de todo. Estaba la guardería arriba.
M- Como un
colegio nacional
F- La
guardería arriba, pero el de los párvulos abajo y luego ya los colegios más
mayorcitos a los lados. Y luego a mi… quién fue… mi Presen se cayó de una
mesita que tenían. Se ve que se subió y se ve que se tiró y se… se
C- Se
disloco.
F- No… … la
tuvieron que amarrar. Unas correas. Si por aquí… ¿cómo se dice?… Bueno, del
hombro era. Algo así.
C- Eso es
dislocarse, cuando se te sale el hombro.
F- Yo no sé
si es dislocarse u otra cosa. Total que estuvo con las correas esas ¿?, y ahora
se las ponían desde aquí a aquí, por detrás, para que ella no moviera el brazo.
Luego el tío Antonio fue, lo empujaron por la escalera también. Se hizo una
brecha, en la frente, que además se le nota y en mi casa se hizo otra brecha
aquí detrás.
C- ¿O sea
que la sanidad allí también estaba muy bien?
F- Sí, muy
bien. Lo único que yo, a lo primero, yo no sabía dónde estaba la Seguridad
Social. Entonces yo iba a un médico cualquiera, lo tenía que pagar, entonces él
te daba un papel. Y luego tú ibas y te daban un 70%.
M- Te
devolvían dinero.
F- Te lo
devolvían. Hasta que ya, a última hora, ya sabía dónde estaba la Seguridad
social, ya estaba cerca de donde vivíamos nosotros. Lo que pasa es que yo no
sabía que estaba por allí. Lo que pasa es que el médico me envió allí porque me
dolía la cabeza. Tenía tantos dolores de cabeza… cuando nació mi hijo el mayor ¿????¿?¿? ,
Como si se
te hubiera roto algo, ¡Crac!, el ojo… toda esta parte de aquí,… que me volvía
loca. Me volvía loca. Tenía 24 horas sobre 24 horas.
M- Allí me
hubiese jubilado yo.
F- Este sí,
nos vinimos por culpa mía.
M- Ya no… yo
hubiese seguido allí por el puesto de trabajo.
F- Haciendo
pastillas
M- Pastillas
y supositorios.
F- Y
supositorios, que es lo que estaba haciendo allí.
C- ¿ganabas
mucho más que aquí?
F- Hombre
claro. Aquí ganabas al mes 1800 pesetas...
M- Francos
belgas…
F- Y allí
ganaba 6000 euros, ¡ay! … 6000 francos, al mes. Al doble eran 12000 pesetas.
M- Al
cambio, al cambio.
C- ¿Y el
idioma?
M- Francés.
F- Hombre lo
primero, mal. Yo me enseñe a leer.
C- Sigue,
sigue…
F- Y nada,
entonces… ya no me acuerdo de lo que estaba.
C- Lo del
idioma. Que si os costó muchísimo o…
F- Lo primero
sí, hombre. Yo me empecé a trabajar (risas), porque me decía que le trajera
unas tijeras y yo decía qué me está pidiendo esta… ella me decía “ancissor”, y
qué es ancissor. Entonces ya por señas me lo dijo ella. Ah bueno... eso son
unas tijeras, le decía yo. Y luego otro día me dijo que le trajera un, que era…
un cubo. “Asó” En una carnicería que estaba enfrente de mi casa.
¿Empezaste a
trabajar en una carnicería?
Eh, no… a
ver, en dónde empecé a trabajar yo… ¿dónde fui yo a trabajar primero Manuel?
Has estado
en varios sitios.
F- No en
casa. Yo estuve trabajando en una especie de una… como un restaurante. Y
entonces yo entre para limpiar. Pero una de las veces que estaba yo limpiando
arriba, y lo dejé por eso. Yo abrí la puerta, y por la mirilla mire. Y vi 2 en
una cama. Cogí el camino y me fui. Dos haciendo lo que no debían, o lo que no
debía yo ver, y entonces fui para abajo y le dije: “cucha, dame mi cuenta”
“porqué” “porque a mí no me gusta esto”; “Porqué”; “Porque he ido a entrar en
una habitación y estaba cerrada, di que he mirado y había dos tíos, dos
personas allí”. Y dice: “hombre es que esto es así”. Esto va la gente a comer y
si les apetece… Bueno, pues mira, tú me das a mí mi cuenta que yo me voy a mi
casa. Y estaba en la misma calle mía. O sea que no tenía que ir a ningún sitio.
Estaba en la misma calle mía. Y además se veía el restaurante que estaba bien….
Cuando yo vi eso… dije “que dices, que dices”… que no estoy yo aquí. Y me fui.
M- ehhh
F- Y luego
me metí en una perfumería. Y también hubo jaleo porque se ve que allí llevaba
alguien robando perfume durante muchos años. Qué casualidad que yo llevaba
allí, sin exagerarte nada, el bolsito que yo llevaba era así (pequeño con las
manos), que me lo habían regalado mis hermanas una de las veces que venía. Y me
pidió la llave el hombre. Estaba yo y él y la secretaria. Todavía no había
venido la gente. No mentira, las del primer piso sí habían venido. Eran 4
pisos. Y me pidió la llave. Pero el tío duró mucho para subir. Y yo empecé a
bajar ya las escaleras y yo diciendo… este tío a qué va a allí abajo. Y el tío
sintió que di el primer paso en la escalera pues corriendo se vino y me dio la
llave. Pero eso a mí me extraño mucho, porque yo llevaba allí un año y nunca me
había pedido la llave así. Y entonces fui al primer piso y digo, oy, pues no
que me ha pedido el fulanito la llave para abajo.
C: ¿Y no era
tu jefe?
F- El
encargado. Y me ha pedido la llave para ir abajo, y me dicen: si es que nos
está registrando a todas. Y digo: ¿qué? Dice: si porque dice que están robando
perfume y nos están registrando a todas. Y digo: pues a mí no me registra
nadie, porque yo en el bolso que yo tengo, porque yo todo lo que recojo
abajo…que había un montacargas y todo lo nuevo pues cogía y se lo ponía en el
montacargas. Y cuando subía o bien cuando lo mandaban para abajo se caían las
cosas, y yo todo lo que veía que se caía lo recogía y se lo subía para arriba.
Asique, le
dije que a mí no me registra nadie y fui a la dueña y le dije: “deme usted la
cuenta”. ¡Uy! Felisa ¿porque? Estamos muy contentos. Que ahora te íbamos a
hacer un contrato para 8 horas. A mí no me registra nadie; le dije. Ahí yo ya
sabía francés. Uy Felisa si es que se lo estamos haciendo a todo el mundo… Pero
a mí no. Yo de aquí no me he llevado nunca nada y no me van a registrar mí,
porque ustedes lo queráis. Porque yo me he enterado que hace muchos años que
pasa eso, que están robando. Y yo solamente llevo uno. O sea que el que está
robando ya lleva aquí muchos años… Usted deme a mí mi cuenta que yo me voy. Yo
lo siento mucho. Yo llevaba un año allí y todo lo había allí abajo, fueran
perfumes, peines, lo que fuera, botes de pintura… todo lo que se caía, a veces
cogía yo una cesta y lo subía todo para arriba… “Toma todo esto estaba allí
abajo caído” […]
Y ya después
pues me fui a las casas. Estuve trabajando también en un restaurante… no ese,
otro. Allí entraba yo sola la primera. Y allí echaba yo desde las siete a las
nueve. Dos horas todos los días y luego de ahí cogía el camino andando a otra
casa y me echaba 4 horas. Y después de ese sitio me iba a otra casa y echaba
otras 4 horas. Así me llevaba todo el día. Y mis niños a las 6 de la mañana los
levantaba y a las 7 los llevaba al colegio.
M- A la
guardería.
F- A la
guardería, que los recogía la portera. Así he estado yo durante los nueve años.
M- Y yo
salía del trabajo y hacía oficinas.
F- Once y
medio.
M- Limpiaba
oficinas.
F- si no las
hacía él, iba yo a hacerlas.
Que no me
han regalado nada.
No a
nosotros no. Nosotros, gracias a dios, hemos estado, hemos sufrido mucho.
M- La genta
se cree que por ahí amarran a los perros con longanizas, ¡pues no!… Hay que
currar. Lo mismo aquí que allí, a dónde vayas.
C- Si lo que
pasa es que allí teníais más facilidad para encontrar trabajo.
M- En ese
tiempo sí.
F- En
aquellos entonces sí. Pero en aquellos entonces aquí (España) también había
trabajo.
M- Yo tenía
mi puesto de trabajo.
Aquí había
mucho trabajo entonces, lo que pasa es que…
Si lo que
pasa es que allí estaba mejor pagado.
F- Sí eso
sí. Pero vamos que si tú no te quieres ir al extranjero, y tú te apañas con lo
que está ganado tu marido, hasta que saques tus hijos adelante, pues aquí
también se hubiera de eso…
C- Allí os
pudisteis, por ejemplo, comprar una tele, y aquí no hubierais podido, ¿no?
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Manuel and his new TV |
F- Pues a lo
mejor sí. Porque yo pagué mis cosas aquí con guita.
M- A plazos.
F- A plazos.
Yo pagué aquí mis cosas. Yo me compré cuando yo me casé… no llevaba…
C- ajuar.
F- Bueno,
ajuar de ropa sí.
M- Los
muebles los compramos a plazos.
Las
sartenes, cacerolas… yo lo compré a plazos. Porque yo iba a comer con la
abuela. Con mi suegra […]
A mí me pagó
una vez, que yo no tenía suelto, porque tenía 500 pesetas; que los puntos,
porque no sé si tú te habrás enterado de los puntos antiguamente, que por cada
hijo se cobraba tantos puntos.
Yo sabía lo
de las cartillas de racionamiento.
Eso es de
cuando yo era más chica.
Lo de los
puntos, que le daban… una vez que estabas casada.
Al
matrimonio. Según los hijos, así te daban.
Entonces
como yo tenía a mi niña, ese, pues yo ya tenía juntadas 500 pesetas de aquellos
entonces. Y no tenía cambio. Entonces tenía que pagar la luz que eran 12
pesetas. Eso no se me olvida. Y mi suegra me dice: no te preocupes que yo te la
pago. Y me las pagó. Y otro día me había hecho yo […] un trajecito, (eso para
cuando iba engordando) que me costó 15 pesetas. Y como no había comprado nada
con el dinero, pues no había cambiado tampoco. Pues me lo pagó mi suegra,
también. Y cuando esto de la comida […] pues me dice un día: ¿Felisa porque no
me das las 12 pesetas que me debes? Fui, cambié y le pagué las 12 pesetas. […]
y al otro día hizo lo mismo, como no tenía dinero, pues vino y me pidió las 15
pesetas. Que le debía […], y un día viene a mi casa y me dice: hoy no comes con
nosotros. Y digo, ¿qué?.. Que hoy no comes con nosotros. ¿Qué? Si su hijo le
entrega a usted el dinero, yo, nosotros tenemos que comer con ustedes. Y dice:
pero a mí mi hijo no me ha entregado el dinero. Pero su hijo le ha entregado lo
que ha cobrado. Porque es que cuando mi hermano vino, que hacía mucho tiempo
que no le veía, perdió dos días de trabajo. Claro esos dos días no los cobró.
Claro, al no entregarle esos dos días…
C- ¿Vosotros
aún no os habíais ido no?
F – No, eso
que estoy contando es aquí. Entonces, esos dos días que no lo trabajó, claro,
no los cobró. Entonces le entregó lo que había ganado. En los 4 días. Porqué él
trabajaba de Lunes a Sábado. Pues le dio 4 días. Al ver ella que no le había
dado todo el dinero, se pensaba que me lo había dado a mí. Entonces me dijo que
nosotros no comíamos porque su hijo no le había dado el dinero. Digo, hombre,
le ha dado lo que ha cobrado. Y dice “sí, pero esto no es lo que me da
siempre”… Y entonces me dijo que me fuera con mi madre, que yo me fuera con mi
madre, que él se quedaba con ella. Le dije… no señora, yo me he casado para
estar con mi marido. Y si mi marido está aquí, yo estoy con él… “Bueno, pues ya
no coméis más conmigo”. Pues que le vamos a hacer… y yo me harté de llorar. Y
fui a la tienda, y me vieron los ojos coloraos, y me pregunta “qué te pasa
Felisa”, pues nada… me pasa esto. Y por eso vas llorando tonta… anda no llores…
dice, “Tu vienes aquí, sacas aquí”, porque era una tienda que sacaba todo el
mundo, y luego lo pasabas cuando podías. Dice, tú vienes aquí, compras lo que
sea y luego me lo pagas cuando tu marido cobre. Bueno, después me fui a los
XXXXX?? Que venían vendiendo, y a uno le compré una… las cacerolas, que después
las iba pagando todas las semanas, o algo así. Y luego con las 500 pesetas, las
que yo tenía, pues me compré una cocinita, así, que era de petróleo. Y así ya
empecé yo a guisar para nosotros.
C- Vale,
pero ¿en Bruselas?
F- Pues ya
te lo he estado explicando. Salía de un sitio, me metía en otro, de ahí entraba
en otro y así he estado casi, ponle….
C- Los once
años.
F- Los once
no, porque estuve un año que no trabajaba, porque me quedé embarazada del niño
y no podía trabajar. Pero cuando ya tuve a mi hijo, pues ya fue cuando me fui
yo a trabajar. Me metí en la guardería,…
C- ¿La gente
que conocisteis… llegaba sólo con el pasaporte…?
F- No.
Porque yo cuando conocí a tu abuelo, sus familia y sus hermanos ya estaban
allí. Y luego los Gamero. Ya estaban allí.
C- ¿Y nunca
habéis hablado de si llegaron así?
F- Nunca. A
ellos no les preguntamos nosotros ¿ustedes se habéis venido? Seguramente se irían…,
C- Igual,
con el pasaporte.
M- Como
turistas
F- Pienso
yo, no lo sé. Porque nunca me hablaron de que habían ido, con contrato, ni con nada,
nunca, no, no. Y ya ves que todavía nos llamamos por teléfono con ellos, y
nunca, nunca nos han dicho nada.
C- ¿Y os
costó acomodaros a la gente y a la cultura de allí o no?
F- Un
poquito. Porque allí no conocíamos a nadie. Y la única que conocíamos era su
hermano, y a la mujer y mientras más,… mientras más lejos te ibas, mejor. Pero
cuando le hacía falta venía a mi casa a pedir lo que fuera.
M- Primero
nos fuimos a su casa a vivir.
F- Si, nos
fuimos a su casa dos meses, pero cuando fue a nacer el tío…
C- ¿Antonio?
F- No, el
tío Manuel. El tío Manuel, sentí yo al yayo que se iba, y entonces, ¿cómo se
dice?, se me rompió las aguas.
C- Sí,
rompiste aguas.
F- Rompí
aguas, entonces yo sentí que se había salido ya. Porque con ellos nosotros no
dormíamos. Entonces bajé de seguida, y estaba allí el hermano y le digo, niño, baja que tu hermano acaba de
salir, que está ahí por la esquina, llámalo. Dice… “porqué”, digo, porque yo
voy camino del hospital que he roto aguas. “Ahh… a mi hermano no te hace falta
para nada”, me dijo. Dice: “llama a mi mujer”. Digo,… ¿a tu mujer?, tu mujer
tiene que ir a trabajar. Dice, “bueno, pues que pierda un día de trabajo”. O
sea, que tu hermano no lo puede perder y tu mujer sí. Le dije yo. Total, y así
hizo. Llamó a la mujer, que estaba en la cama todavía, y dice, escucha, que mi
cuñada ha roto aguas, y mi hermano ya se ha ido. Se levantó, yo no conocía el
habla, tampoco, y allí hubo un poco de eso…. Me llevó al hospital y, porque no
me querían dejar ingresada, porque no sabían si yo llevaba,… como se dice,
seguro. No sabían si yo llevaba el seguro, entonces, tuvieron que llamar aquí a
España, al seguro, para ver si nosotros teníamos seguro aquí en España, lo que
era el seguro de España, que antes se comunicaban así. Y entonces pues dijeron
que sí.
M- Claro, yo
había dejado de trabajar para venir aquí.
26:48
F- Él había
dejado de trabajar una semana antes, para irnos para allá. Y entonces ya me
dejaron. Me dejaron entrar.
C- Pero
cuando, entonces, cuando estabais allí, os costó comunicaros por el tema de que
no conocíais el idioma, pero luego una vez ibais conociéndolo y demás…
F- Pues sí,
bien…
C- ¿La gente
de allí era…?
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Family Cotan with some friends from Brussels |
F- Nosotros
nos llevábamos bien. Conocíamos allí a su familia y muy bien… A Marco, por
ejemplo. Marco iba, ellos fueron los que nos cuidaron una vez, que estábamos malos,
con una gripe. Y ellos fueron los que venían a llevar a tu tío y Presen al
colegio. Los arreglaba y los llevaba. Yo me levantaba a vestirlos y a
peinarlos, pero yo estaba que no podía. Entonces ellos venían, o bien la mujer
o bien él, y los llevaba al colegio. Bueno, la mujer no, el venía. Cuando
entonces, era la mujer, ya se había casado. Y venía y los llevaba y nos
llevábamos bien con ellos.
M – hacíamos
muy buenas amistades.
F- Y en las
reuniones nuestras también. Muy buen ambiente, […]. Yo con las personas de allí
no he tenido,…
M- Problemas
F-
…problemas. Solo en la escalera última que estuvimos.
C- Se hacían
por entenderos y…
F- Si,
hombre. Lo hacían. Nosotros éramos los que teníamos que aprender a entenderlos
a ellos. Claro.
C- Ya pero si
igual no os entendían a la primera, no decíais algo bien, ¿hacían por
entenderos? ¿O porque os entendieseis con ellos, y ellos con vosotros?
F- […] ¿?
Porque yo ya empecé como los niños, ya con tu madre yo aprendía mucho. Y yo en
el trabajo con los compañeros igual. Ahí aprendía porque a tu madre y a tus tíos…
yo no es que supiera, pero… los mismos deberes yo les ayudaba en lo que podía.
Que yo no sabía ni leer ni escribir tampoco. Que eso no sé si tu madre te lo
habrá dicho, pero yo les hacía todo lo que podía.
C- Sí.
F- A ellos,
y con nosotros bien.
C- ¿Y tú en
el trabajo cómo te comunicabas con tus compañeros?
M- Bien. A
mí me querían.
C- Ya, ¿pero
si te costó aprender el idioma o no,….? ¿O es que había muchos españoles?
M- Había
españoles,…
F- No… Había
muchos españoles… Había de todas clases de idiomas, de eso. Muchas culturas.
M-
Marroquíes, españoles,… de todo.
F- Allí
había todo. Portugueses, ingleses, alemanes, ehh… italianos, japoneses. Allí es
que había de todo […]
M- Pero
bien.
F- Nosotros
no hemos tenido nunca…
M- Y a mí me
han querido en todos los trabajos.
F- En todos,
en todos. Y a mí también. […]
C- ¿A ti te
costó aprender el idioma?
M- ¡A mí qué
me va a costar! Yo le decía “qué pasa” y los belgas pues me hablaban bien.
C- ¿En
francés?
M- El belga
me decía “¿esto qué es?”, en español. Y yo le decía como era en español. Y
luego decía, ¿en francés?, “An chain”, me decían, y así aprendía.
C- Eso es lo
que quería saber. Cómo lo habías aprendido.
M- Así… “Que
se sá. Que se sá, au Español”, y yo le decía en Español, por ejemplo, esto es
un huevo.
F- no, eso
es un limón.
M- Bueno, lo
decía por decir algo. Entonces, me decía, “an francés… an ove”. Un huevo […]
quiero decir que así me comunicaba […] trabajando se comunica uno así. Como nos
llevábamos bien…
F- Es lo
mismo que yo, cuando la mujer estaba…. Ella vino también aquí a España y le
pidió huevos a la mujer donde trabajaba […], la española le decía “buscar” y la
otra buscaba… y no lo encontraba porque lo tenía debajo del mostrador, los
huevos, ¿cómo iba a encontrarlos?... Entonces le hizo que entrara, ¡no
mentira!, entonces tuvo que hacer la gallina. Entonces dice que le hizo
“COCOCOCOCO”, así, y entonces la otra,…
Ahh, los huevos… ¿y cómo quieres que lo encuentre?...
C- Y las
diferencias… como ganabais más dinero, y eso ¿qué diferencias a corto, medio y
largo plazo veíais con los que no se fueron? Por ejemplo con las titas o con
gente que se quedó
F- Nosotros,
pues siempre veníamos mejor, con más dinero. Más,… con bastante dinero, que
aquí pues no lo tenían. Una vez me venía yo con la cartera, que era una cartera
que me compré, y […] se podían meter eso y monedas. Pero en la parte donde se
podía meter los dineros, yo podía meter la mano y levantarle la tapadera. Entonces
yo metí, para poder llevar a mis niños yo sola a España, metí el dinero que
llevaba debajo del forro. Y después lo otro lo eché así para abajo. Entonces
mis hermanas me decían… “Feli, traes dinero de allí?”, digo, sí que traigo.
Dice, “¿dónde lo tienes?”… digo, en el monedero. En el monedero pero no lo
encontraban… “Feli, aquí no hay nada”. Digo, que sí que está ahí…“Feli, que
aquí no hay nada”. Digo, chiquilla que sí que está, que yo sé que está ahí…
“pues yo estoy buscando y no te lo encuentro”, hasta que le dije dónde estaba.
Hasta, que lo saqué yo. Dice, “¡Claro!, cualquiera encuentra los dineros ahí…”
[..] Y sí, sí se notaba. Sí. Yo les
traía regalos a todos, y cuando después me iba, le dejaba algún dinero a mi
madre, siempre y lo agradecía. Y a mi suegra, que les hacía igual que a mi
madre, le traía su regalo. O sea, a ella le traía café siempre y a mi suegro le
traía puros. Y a mi madre igual y a mi padre. Y luego cuando me iba, pues le
dejaba un dinerito a cada una, entonces mi suegra, no sé si fue el primer año o
el segundo año, que me dice… “Entre café y tabaco se compone…” y se quedó así.
Si no eres tonto sabes lo que quiere decir… Que entre café y tabaco se componía
el regalo. Es lo que ella se venía a referir. Y yo lo cogí, pero después me
quedé callada. Y luego le dije… tome usted, para que vea que no solo de café y
tabaco se compone el regalo. Dice “uy! Yo no dije”, digo… sí, usted dijo… lo
que pasa es que no lo terminó de decir. Digo, pero a la que no es tonta, pues
se coge. Y les traía regalos a todos, a mi cuñada (a la prima Maria Dolores),
al marido […
] Y a mi cuñado […] y a mis hermanas igual […]
a mis cuñadas igual, a mi cuñado […],… y uno me dijo “hombre qué bien me va a
venir, que tengo que hacer un regalo”… y desde que lo oí, dije… pues se han
acabado los regalos. Y ya no traía regalos más que a mi suegra y a mi madre
[…].
35:22
Ese [el cuñado que iba a usar el regalo para un
tercero] era muy socialista, y te daba el coñazo con los socialismo, y…
“porque el socialismo”,… mira yo me daba rabia cuando éste [refiriéndose a Manuel] decía “vamos a ir a casa de mi hermana”. Porque este estaba
siempre dando el coñazo con el socialismo.
Y eso estaba
bien. Mi tío, mis hermanos se fueron allí, y después se fue mi hermano mayor,…
C- ¿A parte
de los hermanos del yayo se fueron también la tía Dolores y el tío Antonio?
F- y la tía.
M- XXXXXX
C- O sea que
estaba tu hermano que ya estaba allí, vosotros, y además se fueron…
F- Después
me llevé a tres hermanos míos. Estuvieron allí… mi hermana estuvo muy poco
tiempo. Dolores. Porque mi hermana era muy miedosa, le daba mucho miedo de
todo. Entonces yo no podía tener a mis dos hermanos en mi casa, yo podía tener
uno. Pero no a los dos. Entonces los puse con esos amigos que tengo allí todavía que les llamamos. Pues puse a mi
hermana. Estaba conmigo, pero le puse la dirección de ellos.
C- ¿por qué
no podíais poner a más gente con vosotros?
F- Porque se
ve que no se podía. No lo sé. Yo no te puedo decir porque. Entonces yo digo, se
lo pregunté a mis amiga y me dijeron “a bueno, tú le pones la dirección mía”.
Pero se ve que la policía vino a la casa de ella a preguntar. Entonces mi amiga
corriendo vino a decírnoslo, que si no te arreglaban los papeles pronto que la echaban…
M- Es que
era máximo 3 meses.
F- podían
estar.
M- Y si no
arreglaban los papeles, como que estabas trabajando, como aquí los inmigrantes
cuando vienen, entonces te echan.
F- Bueno
pero es que mi hermana no esperó si quiera. Porque ella no había empezado a
trabajar. Porque no esperó a que le hicieran los papeles. Que mi hermana se
llevó allí unos 3 meses, sí. Cuando nació Antonio. Se fue para navidad, me los
llevé para navidad, y para cuando nació Antonio, estaba allí todavía. Entonces
se vendría a primeros…. A últimos de Abril, primeros de eso… que ella dijo que
ella con la policía no quería nada. Y cogió y se vino.
M- En vez de
seguir para arreglar sus papeles para seguir.
F- […]
cogimos una casa entera para él y para mí. Pues él estaba soltero, y dijo, me
caso y me traigo a la mujer. Pero a mí me dejó con la casa entera.
M- Claro,
nos quedamos con la casa entera.
F- Se quedó
el aquí porque se ve que la mujer le debió de decir que no, que no se iba, y ni
me escribió para decirme que no. Entonces yo tuve que meter a una inquilina
porque era mucho para mí, una casa entera. No es que fuera muy grande. Cada
piso tenía 2 habitaciones, ¿dos era no?
M- Sí.
F- Una
habitación de 2, 4 XXX y el bajo. Que no era muy grande, pero para mí, para
pagarla era mucho. Y luego la mujer se enfadó, no sé por qué, y se fue… Y dije,
pues mira, dejamos la casa, y buscamos otra. Y nos fuimos de allí. Nos fuimos a
otra […].
38:00 - 41:30
(explicación de la trastada de sus hijos)
Allí todo el
mundo hablaba de la guerra… y te echaban a cada momento películas en la
televisión de la guerra y de los nazis… yo nerviosa perdida.
C- ¿Cuál era
la situación política allí?
F- Ah… yo no
sé cómo era allí. Nosotros no preguntábamos nada.
M- De
política nosotros no sabemos nada ni…
C- ¿No había
alborotos?
F- No.
M- Había
manifestaciones como en todos los sitios.
F- Bueno,
manifestaciones… que levantaban toda la ciudad entera… Los ladrillos del suelo,
rompían las cabinas telefónicas… el hermano vino una vez por él, para ir a una
de las manifestaciones y digo, tú no. Tú no te vas con tu hermano. Te van a
abrir la cabeza y yo me quedo aquí sola […].
42:40 – (Historia de la
salida nocturna)
[…] yo
lloraba como una magdalena […]
45:15 – (Historia de la salida nocturna)
M- ¿Ya te
has enterado de todo?
C- No. ¿Qué
hacíais cuando terminabais? ¿Y el fin de semana?
F- Pues nos
íbamos a la XXXX con los niños.
M- Al
parque.
C- Sí,
cuando éramos pequeñas con Mama y Papa
F- Sí, al
parque o a casa del Gurrita, que ya a última hora nos invitaba allí a su casa
también. Nos invitaba a ir y luego aquí en España decía que yo era muy pesada
porque estábamos siempre allí en su casa.
M- Y después
la religión
[…]
C- ¿Por qué
decidisteis empezar a ir a las reuniones y dejar de ser católicos para ser…?
F- Porque conocimos
a tu abuelo y al Gamero. Que tu abuelo ya estaba metido y el Gamero también. Y
conoció el Yayo al Gamero que estaba también en la fábrica de cerveza. Y lo
conoció y entonces Gamero empezó a hablarle a él y ya él empezó a decirme a mí que mira, que
un amigo…
M- Vamos a
ir a su casa… que hacían reuniones.
F- Bueno,
vamos a ir… […] primero fuimos a su casa y después las reuniones se hacían en
casa de Miguel.
M- Eso estoy
diciendo.
F- Y después
este empezó… “pues mira, yo voy a una reunión…”a casa de tu abuelo, que se hacía allí, y ya después es cuando se metieron en la
familia en la que se metió. Y yo no sabía leer, no sabía leer, no sabía
escribir, no sabía de nada… entonces tu abuelo me compró la biblia que está
ahí, que está toda rota, pero tampoco sabía juntar las letras y ahí fue donde
yo me enseñé. Y el francés lo mismo [...] tu abuela se ponía a mi lado y con el
dedo me seguía por dónde iban los cánticos. Y así me enseñe yo a leer.
C- ¿Pero
decidisteis ser protestantes o evangelistas porque no os gustaba el
catolicismo? O porqué.
F- No. Aquí
en España, con el catolicismo, yo estaba mucho con las catequistas. Yo me
llevaba todo el día cuando era chica por las iglesias metida, con las catequistas.
En las casas de las catequistas […]. Me daban libritos, los evangelios, me los
daban con las imágenes, pero yo les decía, enséñeme usted a leer para yo saber lo que dice. Y me decía que no
podían, que no me podían enseñar para que yo me aprendiera. Que eso no se podía
hacer. ¿Cómo que no se puede hacer? Claro yo en aquellos entonces yo era muy
chica y no entendía. Y ya después cuando fui comprendiendo la biblia […] e iba
entendiendo lo que te iban explicando. Tú lo leías en la biblia porque me decían el capítulo y versículo y
todo eso y entonces yo veía que en la biblia, la que más se parecía a la
nuestra era la católica. Y ahí fue donde nos metimos ya, porque yo veía que la
otra sí, tu podías ir a la iglesia, tu
podías de eso,… pero después no te explicaban y no te daban ni un libro porque
no me enseñaban a leer. Y yo me enseñé a leer llorando mucho y pidiéndole a
Dios que me enseñara. Y yo quería saber lo que había allí. A ver si era verdad
o mentira.
C- luego
además allí eran todos protestantes, ¿o no?
F- No, todos
no.
C- ¿Pero la
que más primaba en Bélgica, en Bruselas era la protestante, o no?
50:00
F- No. Allí no
era la que más de eso… había algunas asambleas. Por ejemplo en Bruselas que yo
conociera, nada más que esa. Luego en Liesh?? Había otra, en Namú había otra,
M- Había
muchas sí.
F- En cada
capital o pueblo o lo que fuera había. Pero en Bruselas, Bruselas nada más que
estaba esa.
M- Bueno,
había de otros,… testigos de jehová…
F- Bueno, de
eso sí.
C- Si pero
aquí en España la gran mayoría eran
católicos, y allí,
F- Allí, la
mayoría eran católicos también.
M- Había
muchos allí.
F- La gente
que había allí viviendo, la mayoría eran católicos. Además cuando yo bauticé al
tío…
C- ¿Antonio?
F- Antonio…
a Antonio fue el que bautizó la vecina. La belga.
M- La
vecina.
F- Esa estaba
la iglesia al lado de nosotros. La iglesia San Caterina.
M- Santa
Catarina.
C- ¿Y cuando
veníais de vacaciones?
F- Pues
veníamos deseando llegar a España
[…]
C- Y la
gente que conocíais españoles, ¿siempre volvían a España?
M- Sí. Ellos
venían también.
F- Venían
todos los años a España. Gamero y tu abuelo…
C- ¿Siempre
venían a pasar las vacaciones aquí?
F- Sí.
M- Igual que
nosotros.
C- Y cuando
estaba llegando la época de vacaciones. ¿Cuántas vacaciones teníais?
|
St. Nicholas (like Christmas) |
F- Nosotros
un mes.
M- Un mes casi.
F- En
verano, un mes sólo. Eso es todas las vacaciones que había.
C- ¿Y
teníais ganas de venir o no?
F- ¡Hombre
claro!
M- Esa es la
verdad.
F- Estábamos
deseando venir. Estábamos deseando que llegara el tiempo para venirnos.
C- ¿nunca os
quedabais allí de vacaciones?
M- No.
F- En los
once años que hemos estado allí, no.
C- Todos los
años volvíais.
F- Todos los
años.
C- Y porqué
teníais ganas de volver.
M- Porque
somos españoles.
F- Y porque
teníamos a la familia aquí. Porque yo era de mi tierra. Por ver a la familia,
por ver a mis padres, a mis hermanos, de ver a su familia también… eso es
normal. Tú porque no has estado en el extranjero, pero si te vas como nosotros
nos fuimos, así que no conocíamos el habla… Tu ahora por ejemplo que te vas a
Londres, que conoces el habla y nosotros no conocíamos a nadie. Por ejemplo
cuando yo tenía que ir a comprar, decía… ¡Madre mía y cómo compro!...
C- Pero eso
era al principio, luego ya…
¿¿??- en
los grandes almacenes tú vas cogiendo
las cosas.
F- pero
cuando vas a una tiendecita decías,… un cuarto de kilo… cómo era…. “an cat de
kilo”. O “la muatiei”.
[…]
C- Las
vacaciones, entonces traíais siempre regalos, bueno, al principio hasta que
luego ya decidisteis que no.
F- Si bueno,
a los padres siempre…y a mis hermanas también.
C- ¿Y mamá y
los tíos cómo… tenían ganas de venir?
F- Ellos no,
ellos no decían nada.
M- Ellos
iban a donde iban sus padres.
F-Donde
íbamos nosotros venían ellos. Ellos no han dicho nunca pues yo no quiero ir…no,
no, no.
M- y se
pegaban las vacaciones la mar de bien.
Más negros que el tizón se ponían aquí.
F- Y siempre
además les comprábamos la ropa aquí. Por ejemplo siempre venía tu madre se
compraba tres o cuatro trajes. Para que tuviera para allí para el verano
también. Y a los tíos también… o sea que aquí lo pasaban bien. Lo que pasa es
que allí ellos tenían sus amigos y después tendrían ganas de volver. Un año que
íbamos para allá nos encontramos a 200 kilómetros […] a Francisco […]
M- Se le
averió el coche y no podía seguir.
F- Se le
quemó el coche y no podía seguir.
M- y Dice
“hemos visto a dios al verte a ti”.
F- sí porque
nos los llevamos hasta allá. Pero después de todo lo que nosotros llevábamos,…
M- 4 más en
el coche
F- 4 más,
más las maletas que lo metimos todo. Y se lo dijimos… si nos ponen una multa,
la pagáis ustedes… Viene una persona le para la policía y ve nueve personas en
un coche, en el simca 1000, ¿o en el simca 1200?
M- En el
simca 1000.
F- Y estaban
allí los pobres… en la acera y pasamos nosotros y… mira ahí está francisco…y
dice… ¿Francisco? Digo sí… trabado está…y entonces nos hicimos a un lado y me
bajé yo y los llamé. Me parece que fue así. Y entonces los llamamos y se
echaron así las manos…digo… qué te pasa, que hacéis aquí… “fíjate tú, tenemos
el coche ahí que se nos ha quemado” y dicen que no tiene arreglo. Y digo, ¿qué
vais a hacer? … “pues que vamos a hacer… pues yo que sé”… Entonces ya era de
noche, tarde por la tarde… y entonces el yayo les dijo, mira lo único que
puedes hacer es que os metáis aquí como podáis. Como eran los niños pequeños,
los 3 niños, pues entonces se metieron. Y llegamos a las dos, no sé si eran las
2 o las 3 de la mañana. A su casa primero. A dejarlos a ellos y todo lo que
traían y luego ya nos fuimos a casa nosotros.
C- ¿En qué
año decidisteis volveros?
F- En el 75
C- ¿y por
qué?
F- por mí.
C- ¿ya pero
por qué?
F- pues
porque tenía yo dolores de cabeza.
C- Ah¡ Fue
por los dolores de cabeza.
F- Claro,
por eso. Teníamos muy buen trabajo los dos.
C- Pero por
qué te dolía la cabeza.
F- ¿Pues no
te enteras que cuando nació el tío Manuel me dio un dolor aquí en el lado y ya
no se me fue hasta que no me vine?
C- pero que
era… ¿te dijeron por qué era?
F- dicen que
era por el clima. Eran como migrañas. Pero es que yo lo tenía todo el santo día
y toda la noche. Solo me de eso, cuando me tomaba una pastilla. Y eso fue lo
que me estropeo a mí el estómago. Aspirina, que era lo que yo tomaba. Muchas
aspirinas, y aspirina, hasta que me
hicieron una prueba, que yo llevaba mucho tiempo allí. Llevábamos por lo menos
7 u 8 años, y entonces no sé si me envío al especialista,
C- Pero en
Bruselas,
F- Sí. Al
médico ese que yo iba siempre. Don Antón se llamaba. Y me mandó, por qué no vas
a tal sitio, y entonces me enteré que aquello era la seguridad social. Que es
donde me iban a hacer la prueba. Y entonces me dijeron que tenía migrañas. Yo
venía del trabajo y venía con los dolores de cabeza y lo que hacía primero era
acostarme. Tomarme una pastilla y acostarme. Y cuando ya se me pasaba un poquito,
lo ponía todo a oscuras, porque eso
necesita que esté todo a oscuras y muy tranquilo, mis niños no se movían, no
decían ni pio los pobrecitos. Y ya cuando me veían salir de la habitación,…
“¿Mamá estas bien?”… “¿Mamá estás mejor?” y entonces ya me ponía a hacer la
cena. Y si los tenía que bañar, los bañaba y esas cosas.
C- o sea que
os volvisteis realmente
F- Por mí.
C- pero no
porque hubiera mejorado la cosa en España
F- no, no,
no. Por los dolores míos, me vine.
M- yo me
hubiera jubilado allí.
F- porque el
médico me dijo que si cambiaba de aires seguramente se me quitaría… y así fue.
C- ¿pero por
qué decidisteis iros a Zaragoza y no a Sevilla?
F- Pues
porque estaba tu abuelo. Y tu abuelo le dijo que, como se vino primero, pues
entonces le dijo al yayo que allí había mucho trabajo.
C- ¿Pero
teníais intención de probar en Sevilla?
F- No, no.
Porque como nos dijeron que allí había mucho trabajo, pues entonces le dijimos
a tu abuelo que nos buscara un piso. Para comprarlo y fue cuando nos compramos
el de la avenida de Madrid. Porque nos iba a comprar otro en otro sitio, pero
empezó a “eso” con el dueño para que nos lo dejara más baratito, que tal, que
cual, y después vino otro que le daba lo que él pedía. Y entonces se lo vendió
al otro. Que era más grande que este. Dice que era más grande.
C- Qué
diferencias encontrasteis de España. De cuando os fuisteis la primera vez a cuando volvisteis?
F- yo en
Zaragoza no estuve.
C- Ya pero a
nivel general […] la política… que estaba Franco … ¿llegasteis cuando se estaba
muriendo?
F- No, ya
había muerto. Ya había muerto Franco.
C- Por eso.
Qué notasteis
F- Nosotros,
Franco murió en Julio creo que fue…
C- No, en
Noviembre. El 20 de Noviembre
F- […] para
cuando iban tu madre y tu padre al colegio. Que les llamó la abuela para que no
fueran, que no había colegio. Por lo menos eso me contaron a mí.
C- ¿Pero
mamá ya estaba aquí en España?
F- Sí. A tu
madre la dejamos con tu abuela. Porque ya nos pensábamos venir a últimos de
año, entonces ella se quedó para que empezara sexto , que lo empezara aquí en
España. Sexto año del eso. Del sexto al séptimo. El séptimo porque allí era
hasta el sexto, creo que era allí en Bruselas. Y ese lo había terminado tu
madre allí. Porque tenía ya 12 años. Y entonces tu abuelo y tu abuela dijeron
que la dejara allí que ya ellos le cogían la plaza. Y le cogió la plaza a tu
madre y se quedó con tu abuela hasta que nosotros volvimos en Diciembre.
M- Para
Navidad.
F- nosotros
entramos en Zaragoza el 22 de Diciembre.
C- ¿Entonces
qué diferencias encontrasteis en cuanto al régimen político?
F- Yo es que
de eso ya no me acuerdo. Yo como nunca me he fijado en eso, no te puedo decir.
C- ¿Y la
economía? Había mejorado, no había mejorado…?
F- Hombre es
que allí era distinto a aquí en Sevilla. Aquí en Sevilla siempre se ganaba
menos que allí. Allí se ganaba bien. Lo que me hizo mucha gracia es que allí
ponía en los periódicos “mandadera, mandadera, mandadera, mandadera,”. Y yo
decía, uy, me voy para allá. Y se lo dije a mi madre… uy mamá aquí lo que pone
es que se necesitan mandaderas, y dijo, para eso me voy yo también…
C- ¿Y qué
era?
F- Ir a
limpiar. Era una mujer para limpiar. Y le decían mandadera. Entonces yo ya me empecé a trabajar. A mí me
llevaría un año sin trabajar o así, y yo le dije a esta gente… Aquí tenéis que
ayudar porque yo me voy a trabajar. ¿A trabajar…? Tú no te vas a trabajar. ¿Por
qué no?, yo me voy a trabajar. Yo aquí todo el día no me meto. Y entonces ya me
fui también a trabajar a Zaragoza. En Zaragoza también tuve yo unas pocas de
casas. Así que…
C- Vale.
F- ¿ya?
C- Sí